Por primera vez en años, la SEC (Comisión de Bolsa y Valores) y la CFTC (Comisión de Comercio de Futuros) anuncian una colaboración estratégica para armonizar su enfoque regulador sobre criptomonedas, DeFi, derivados perpetuos y mercados predictivos. Lo presentan como un intento de modernizar el sistema financiero y permitir mercados 24/7, pero el trasfondo es claro: buscan centralizar el control sobre un ecosistema que nació para evitarlo.
La iniciativa llega tras presiones de la Casa Blanca y contempla una mesa redonda con actores del sector este mes. A simple vista, suena como un paso hacia la claridad regulatoria. En realidad, es una movida peligrosa:
- Podría imponer sobre-regulación y frenar la innovación.
- Amenaza la privacidad y soberanía del usuario.
- Introduce riesgos de censura y control centralizado en sistemas que deben ser abiertos por diseño.
La SEC y la CFTC, históricamente enfrentadas, ahora unen fuerzas para capturar un terreno que nunca entendieron. Quieren domesticar DeFi con las reglas de Wall Street.
Esta “armonización” no es un avance: es una advertencia. Porque cuando el regulador quiere moldear lo que no controla, lo primero que desaparece es la libertad financiera.
La verdadera innovación no pide permiso.